Hábitat III

Estas urgencias que vivimos no nos deben quitar tiempo para ver hacia dónde va el mundo y sus avances. Buscar alimentos y medicinas, cuidarnos de la delincuencia, esperar transporte y tratar se sobrevivir dignamente nos ocupan un tiempo precioso, mientras los países normales - que son casi todos – marchan hacia mejores niveles de bienestar.

Eso busca “Hábitat III”, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible que tendrá lugar en Quito, Ecuador, del 17 - 20 de octubre de 2016, un evento que se realiza cada veinte años para reforzar el compromiso global con la urbanización sostenible, para centrarse en la implementación de una nueva agenda urbana.

Se reúnen representantes de entidades multinacionales, gobiernos nacionales, regionales y locales, universidades, organizaciones no – gubernamentales, empresas y expertos para tratar de un nuevo modelo de desarrollo urbano que sea capaz de integrar todas las facetas del desarrollo sostenible para promover la equidad, el bienestar y la prosperidad compartida. Se presentan casos exitosos y estrategias en todos los niveles de los asentamientos humanos, incluidas las pequeñas comunidades rurales, aldeas, pueblos, ciudades intermedias y grandes metrópolis. Hábitat III puede ayudar a sistematizar la alineación entre las ciudades y pueblos y los objetivos de la planificación nacional en su papel como motores del desarrollo económico y social nacional.

No deberían estos escenarios ser ajenos a los trujillanos. Tenemos el 80% de población urbana y la mayoría concentrada en el eje Trujillo – Monay – Valera, donde viven 350.000 de los 820.000 habitantes del Estado. Además de los 100.000 que viven en Boconó y otros 100.000 en el eje panamericano. Esta enorme cantidad de personas - como todos los demás - merecen vivir en lugares exitosos, en ambientes dignos, seguros, aseados y saludables. Y eso se puede, tal como lo demuestran las numerosas experiencias exitosas que se presentan en estos congresos, que - además - van precedidos por muchos eventos regionales y locales, en los cuales se analizan las distintas formas en que cada localidad enfrenta sus desafíos.

Trujillo no puede continuar en una eterna improvisación y un costoso empirismo. Estaremos pendientes de esas experiencias para que nos sirvan de ejemplo en la tarea de impulsar el Trujillo Posible.


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El Trujillo Posible: Un nuevo relato

Si queremos construir un Trujillo sustantivamente mejor debemos analizar más profundamente el relato histórico predominante que nos ha traído hasta estas realidades, buscar en él los procesos que nos pueden potenciar como sociedad y también los que nos limitan, y construir un nueva versión basada en lo mejor del pasado y del presente y lanzarnos al relato futurista.

Ya decíamos la importancia del lenguaje en los desafíos de construir el Trujillo Posible, pues es precisamente el lenguaje el portador de esas relaciones o versiones históricas que nos frenan o nos impulsan. Si reproducimos el lenguaje somos entonces sujetos delahistoria, entonces si cambiamos el lenguaje somos protagonistas de un nuevo relato. He aquí un desafío.

Precisemos: un relato histórico es un conocimiento que se transmite sobre los hechos y procesos que van conformando la identidad de una sociedad, claro está, conjuntamente con el territorio, la cultura,  las costumbres y otros elementos, incluyendo el propio lenguaje. Son por cierto muchas narraciones y crónicas, diversas miradas a los mismos hechos y procesos. Por eso se habla de relato histórico predominante.

En la construcción de la historia trujillana se han contado con eminentes historiadores y cronistas, desde el Obispo Mariano Martí, Fray Pedro Simón y Fray Pedro de Aguado en tiempos coloniales,  pasando por Fabricio Vásquez, Américo Briceño Valero, Tobías Valera Martínez, Rafael María Altuve, AlfredoBaptista Quevedo, Ángel Carnevali Monrealy muchos otros en el siglo XIX y esos gigantes como Mario Briceño Perozo, Rafael Ramón Castellano y Arturo Cardozo en el siglo XX, hasta los modernos científicos actuales como Lourdes Dubuc de Isea, Diana Rengifo y Alí Medina Machado, para citar algunos. Pero en el alma colectiva quedan ciertos hechos que por circunstancias diversas se convierten en  los hechos, casi sin procesos que los maduren, quedando en la penumbra asuntos que interesaría resaltar si vamos a buscar en el pasado las fortalezas para construir las utopías posibles.

Del pasado queda fundamentalmente la epopeya independentista de héroes, hombres de a caballo, generales y coroneles. Y luego el caudillismo de finales del siglo XVIII con sus desviaciones un tanto románticas de más generales y coroneles de a caballo.Poco sabe el gran público de otra cosa más que de la Guerra a Muerte y del León de la Cordillera. De los sabios clérigos que fundaron los primeros conventos apenas nació Trujillo…nada. De los señores ilustres que fundaron las primeras instituciones locales…nada. De la insigne generación que creó la provincia de Trujillo… muy poco. De las mujeres y hombres que crearon las primeras casas de estudio…nada. De los productores de trigo, arvejas, garbanzos, tabaco, cacao y luego el café que dio fama a nuestra tierra…poco. De la gente que dotó de energía eléctrica y teléfonos a los pueblos…nada. De los que organizaron las casas de cultura, compusieron música y escribieron literatura…poco.

Y así se nos vació la historia de héroes civiles y de procesos civilizatorios. Aunque mucho de ello está documentado, gracias precisamente a esos héroes civiles que son los  cronistas, historiadores y ensayistas.Pero en la conciencia colectiva predomina la historia de las charreteras, machetes y fusiles. Es hora de poner de relieve y popularizar los otros procesos y los otros actores tradicionalmente marginados del discurso predominante, como garantía de que existió un pasado que puede dar sustento de calidad al futuro posible.

Y es hora de reivindicar al pueblo llano, a los trujillanos de a pie que aún hoy en medio de esta crisis, son capaces de encontrar semillas, sembrarlas y cultivarlas con grandes sacrificios  para darle de comer a muchos venezolanos. Y los  que hacen maravillas para sostener a duras penas la salud de la gente, escuelas de calidad, industrias y comercios innovadores… en fin, los procesos y los actores que sustentan el relato alternativo y el Trujillo Posible.


El futuro que debemos construir debe mirar al pasado para elegir lo mejor que nos pueda entregar con el fin de  salvar el atraso y lanzarnos a la prosperidad sustentable y equitativa, orgullosos de lo que somos y entusiasmados con lo que podamos llegar a ser.


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Venezuela y los objetivos del desarrollo sostenible

“Incompleto y sesgado en tanto no ofrece información oficial actualizada que refleje la situación real del país luego de la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015, la cual contiene los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)” es una de las conclusiones que tiene el informe de Transparencia Venezuela, que en conjunto con otras organizaciones de la sociedad civil, presentará en el informe alterno al presentado por el Estado venezolano en el Foro Político de Alto Nivel Sobre Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas.

 En cada uno de dichos objetivos se señalan los retrocesos que en materia de desarrollo sufre Venezuela en estos momentos. Estos estudios muestran que en Venezuela aumentó la pobreza, de 48,4 % en 2014 a 73% en 2015; que existe disminución real del presupuesto asignado para alimentación de 34%, generando una marcada escasez de alimentos; informa que la adquisición de alimentos nacionales bajó de 50,2% a 9,97% entre tanto las importaciones suben de 49,8% a 90,03%; las inconsistencias legales y opacidad en las reformas tributarias vía ley habilitante, han generado mayores focos de corrupción; la Malaria sigue en ascenso: solo entre 2014 y 2015 se registraron  47.037 los casos en el país; la escasez de medicamentos de 80% para enero de 2016, aumentó de la mortalidad materna a 130,70 muertes por cada 100 mil nacidos vivos entre enero y mayo de 2015, y de 3.82 puntos en la mortalidad infantil.  

La inversión en educación para 2016 cayó 84% respecto a 2015 de acuerdo a la Ley de presupuesto y se registró una disminución en la matrícula de estudiantes primarios y secundarios de 141.823 estudiantes, en comparación con el año 2005. Además contiene los cuestionamientos a la independencia del poder judicial derivado de la designación irregular de magistrados y la cantidad de sentencias a favor del Poder Ejecutivo. 

Denuncia de manera contundente la promulgación del Arco Minero del Orinoco que atenta contra las culturas ancestrales de la región y los diferentes ecosistemas sensibles, provocando mayor deterioro al acceso a servicios básicos como agua potable y energía eléctrica y poniendo en alto riesgo la excepcional diversidad de la zona. 

El Informe destaca como tema medular, las dificultades para la obtención de información oficial, que contradice los esfuerzos para el cumplimiento de la décima meta del ODS Número 16, referido a la garantía del Acceso Público a la Información y protección a las libertades fundamentales, que nuestra constitución garantiza en sus artículos 28,51 y 143. 
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OTRA REALIDAD SE ACERCA

Recorrer a Trujillo abre nuevos horizontes a la esperanza. El contacto con mucha gente, en particular jóvenes, ratifica el convencimiento que la gente quiere nuevas alternativas, relatos distintos, métodos novedosos, enfoques innovadores y más compromiso con una realidad que es necesario transformar muy profundamente. Estos años representan un gran aprendizaje, y se constata que la política tradicional centralista, estatista, improvisada y empírica no trae soluciones.

Mucha gente no ha vivido otra cosa que este régimen que al principio despertó esperanzas e incluso diversas acciones de inclusión peroque se deterioró rápidamente con la violencia, la corrupción y la destrucción de la producción de bienes y servicios. Los mayores ya venían descontentos con la vieja política pero se desencantaron con la que han vivido estos años. Entonces quieren salir de este gobierno pero sustituirlo por otro novedoso que no represente los vicios del pasado. Quieren un avance hacia nuevas experiencias, acordes con la sociedad del conocimiento, con las modernas tecnologías y con los avances en todos los campos. Por las redes sociales conocen experiencias exitosas de otros países y lugares y se niegan a que el futuro no esté a la altura de sus exigencias.

Sienten la necesidad vivir más modestamente pero también más auténticamente, de manera solidaria y creativa, que les permita cumplir sus expectativa de una vida digna. Vivir exitosamente en su lugar sin sentir la necesidad de irse. Disfrutar sus querencias lugareñas, con las que se siente identificados y encontrar allí las posibilidades de realización plena.

Entonces es necesario plantear otras cosas, otros modelos, otros estilos de gobierno. Uno que promueva desde lo local el desarrollo regional y nacional. Que aliente desde el origen de las raíces la construcción del futuro. Que dibuje la prosperidad desde las líneas que nos dan singularidad y sentido de pertenencia. Que armonice lo local con lo global, sin complejos.

Y eso exige una visión poderosa que ponga en acción toda la energía acumulada en tantos años de frustración. Trabajo en equipos que reúnan lo mejor de nosotros, sin exclusiones de orden ideológico o político, sin aduladores que con todo estén conformes, sino con gente capaz de hacer la crítica sin riesgo de ser irrespetada. Y exige que sea gente honesta, que no se robe lo que está destinado para el servicio público.

La mayoría hemos aprendido la lección de estos años tan duros, y de los años previos que nos trajeron a esta situación. Hemos aprendido que hay que gobernar con la gente, de abajo hacia arriba, con honestidad y transparencia, con lo mejor de cada uno. Que más que empleo público hay que promover el espíritu emprendedor para que muchos generen puestos de trabajo productivo. Que el populismo trae pobreza y en cambio es necesario gobernar con seriedad y responsabilidad. Que el respeto al derecho de los demás es fundamental. Que ya no queremos más jefes sino coordinadores de equipos. Ya no más centralismo sino descentralización y subsidiariedad.

Hemos aprendido que las soluciones no vienen desde arriba sino que se construyen desde abajo y con la gente. Que todos tenemos una dignidad que debe ser respetada. Y que entre todos seremos capaces de planificar el futuro y de irlo construyendo, paso a paso.

Las lecciones que no ha dado esta grave y profunda crisis están siendo aprendidas. Y en medio de las atribulaciones de la cotidianidad que nos abruma, sentimos que otra realidad mucho mejor se acerca.

FGC/mayo 2016





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Frente a la pobreza material, la riqueza espiritual


Los trujillanos dan lecciones cotidianas de la gran riqueza espiritual macerada en años de sacrificio y de carencias materiales. Frente a la pobreza secular que acompaña a las familias trujillanas, agudizada en estos años cercanos por crisis institucional, política, económica, social y cultural, existe una fuerza telúrica, la que viene de la tierra, de las raíces, que genera una gran capacidad de "aguante" traducida en creatividad, solidaridad y resistencia.

En todas partes hay gente que no se entrega, que no se humilla y mantiene con entereza su honor. En cualquier lugar se viven experiencias de vida, de esperanza y de fe, a pesar de todas las fuerzas que buscan el sometimiento y la obediencia. Estas se traducen en iniciativas emprendedoras en personas que inventan productos o servicios para paliar la escasez y el hambre. Familias que se unen para compartir lo poco que se consigue. Comunidades que trabajan juntas para defender sus derechos.

Las voces que escucho en las frecuentes y múltiples protestas hablan con propiedad de sus reclamos. No son malandros que cortan vías, ponen obstáculos y gritan su inconformidad. Son ciudadanos que sufren las carencias fruto de un proceso fracasado, pero que conocen sus derechos. Y los exigen. Pongo por caso: unas chicas cerca de La Victoria de Caús cerraron la carretera Panamericana y hablaban con propiedad con la Guarda Nacional. Con respeto les decían que los pocos alimentos que llegaban a la comunidad se los apropiaban por política, y no estaban dispuestos a aceptarlo pues son ciudadanas venezolanas. Se negaban a ser discriminadas.

Los maestros que reclaman por sus sueldos miserables, los estudiantes que exigen calidad, los médicos que ponen en evidencia la tragedia de la salud, los conductores que no encuentran repuestos demandan una atención de manera cívica, y de esa manera deberían encontrar la respuesta. No con agresiones. Existe un crecimiento en la calidad de las personas, traducida en reclamos justos, en iniciativas innovadoras, en formas de lucha y una praxis alternativa de vida digna. Mientras tanto se degradan las instituciones.

La crisis ha reducido los medios materias y ha incrementado los valores humanos. Hay escasez de alimentos, pero ha crecido la conciencia ciudadana. Ese es el milagro que se está conformando en la cotidianidad de muchos venezolanos y de los trujillanos. Frente al colapso de la economía y de la institucionalidad emerge una realidad alternativa que dice mucho de los valores sembrados en el alma venezolana y trujillana.


FGC/ julio 2016


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¿Qué hacer? Alimentar la esperanza

Hablo con jóvenes que no han vivido otra cosa que “el proceso”. Con adultos que vivieron en “la cuarta” en sus mejores años y que ante su deterioro optaron por “el proceso”. Con gente de izquierda de todas las edades que adoptaron “el proceso”. El común denominador es la decepción de una causa que alimentó inmensas esperanzas y que cosechó profundos desengaños.Muchos años y muchos recursos perdidos. Una verdadera tragedia.

Son considerables las razones de la desilusión, pero la mayor es la corrupción. Ni el fracaso económico, ni la violencia y la inseguridad, ni la anarquía, ni el ocaso de los servicios públicos o la destrucción de las instituciones pesa tanto como degradación de todos los sueños y tantas ilusiones por el envilecimiento de los que proponían el “hombre nuevo”.
La enorme distancia entre los discursos y las realidades mide el tamaño de las decepciones. Ahora se levanta una ola gigantesca de indignación que en mucha gente se traduce en una dolorosa y preocupante pregunta: ¿será posible volver a creer?

Esa pregunta tan poderosa solo la pueden responder las personas de carne y hueso que se ocupan de ir construyendo las alternativas. Los que cimientan lo público. Los que con sus conductas cotidianas, con la manera de enfrentar la crisis, de conducir los partidos, de administrar los espacios libres van dando los significados que matan o abonan esperanzas.

Nadie en su sano juicio, luego de la tremenda lección que nos deja “el proceso”, se atrevería a volver a apostar por otros políticos corruptos. O por algo un poquito mejor de lo mismo. Por los mismos vicios de los últimos días de “la cuarta” o por los más graves de esta larga y dolorosa agonía de “la quinta”.

¿Qué hacer? Dejar atrás a los que hablan y actúan con violencia. Aislar a los que nunca han trabajado ni producido nada.  Apartar a los que no son capaces de vivir con modestia. Abandonar a los que no puedan mostrar limpias hojas de servicio. No aceptar a los que tengan dudosa reputación pues ser permisivos nos ha costado caro.

¿Qué hacer? Alimentar la esperanza siendo parte activa en la construcción de las nuevas realidades. Hay mucha gente de paz, honesta y de trabajo que está lanzada en la histórica tarea de darle la espalda al pasado, construyendo en el presente los relatos de una nueva historia que tenemos que construir.

Aún hay quienes soñamos que se puede gobernar con decencia, sin mentir, ni engañar, ni robar, ni improvisar. Que se puede gobernar siendo constructores de paz, honestamente y alentando a los que trabajan y producen.


¿Qué hacer? Alimentar la esperanza, que es construir el futuro desde lo mejor que hemos sido, desde lo mejor que aún somos.
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NOTAS SOBRE LA AGRICULTURA

Mi mamá Chana nació en un molino de trigo y era familia de molineros. Como muchos en todos los campos de las zonas altas trujillanas y de los Andes venezolanos. Recuerdo la casa de La Matilde, en el sector la Cruz Verde de La Quebrada Grande. El cuarto del molino estaba al lado de la casa, con su enorme rueda que era movida por la fuerza de la acequia y transmitía la energía a las dos ruedas de piedra llamadas “muelas” (de moler), la de arriba  o volandera se movía y la de abajo (solera) era fija y dentada. El trigo venía de los páramos y los productores pagaban por la molienda. El dorado grano se echaba por el agujero central de la volandera y la harina salía por los bordes, donde se recogía, se cernía y se ensacaba en costales de algodón, más la cáscara o el afrecho para los animales.

Cerca de La Matilde estaba la hacienda de Don Ramón Barrios, donde se cultivaba caña de azúcar para la producción de panela en el trapiche, situado allí mismo en la finca. La acequia movía una enorme rueda que a su vez hacía que unas “masas” de hierro, dentadas, sacaran el jugo que era conducido a las “pailas” que lo cocinaban a altas temperaturas, producidas en los hornos alimentados por el propio “bagazo” de la caña, al lado se levantaba la elegante chimenea, que le avisaba con el humo a los muchachos que corríamos a tomar guarapo o a comer batido. De trapiches estaba llena casi toda Venezuela.

Por todos los alrededores de La Quebrada Grande estaban los cafetales bajo los hermosos y frescos bosques cubiertos de bucares. Allí mismo en cada hacienda estaba la casa de anchos corredores y numerosas habitaciones, con sus tanques, despulpadoras y patios para procesar el maravilloso grano, que se ensacaba en costales de fibras de maguey.

Solo tres ejemplos de una Venezuela que era productiva y agroindustrial. Podríamos escribir muchas otras notas referidas a talleres e industrias en los pueblos y ciudades, que producían alimentos, ropa, calzado, equipos y herramientas y mil cosas más. No existe zona en nuestro país que no conociera esta cultura del trabajo.

Hasta que nos vino la maldición de la renta petrolera, que engordó un Estado exageradamente metiche que derrumbó todos casi todos los estímulos para que la gente ganara el pan con el sudor de su frente. Y ahora este gobiernito viene a querer estimular la producción con más intervención y mayor actitud paternalista y benefactora, justo las causas del desastre productivo nacional. Y para peores penas, sin los reales del petróleo, una parte porque bajaron los precios y otra porque lo que se robaron fue en demasía.


En esos tiempos de la Venezuela fructífera no existían tantas “políticas públicas” de apoyo al productor, pero había el bien que ahora más escasea: confianza. 


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Libro Lugarización

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EL DESARROLLO ES UN ASUNTO DEL ALMA

El desarrollo de los países y las regiones es más una cuestión del alma que de la economía. Destacados especialistas a lo largo de muchos años han estudiado el tema de la riqueza de las naciones, el progreso, el bienestar y tantos nombres que recibe ese proceso mediante el cual las sociedades avanzan hacia el bienestar o hacia una forma decente de vivir. Unos ponen el énfasis en el mercado, otros en el Estado, otros en la capacidad emprendedora, en las instituciones, en la confianza, el nivel educativo, el capital social, la dotación de recursos, el manejo de la economía, el clima, la religión predominante y muchos otros factores.

Por supuesto que todo eso influye, pero la pregunta poderosa sería: ¿hay algún factor más profundo, más esencial, que determina que unas sociedades tengan mejor calidad de vida que otras? Se puede constatar que la mayoría de las sociedades prósperas están en el hemisferio norte, lo que no quiere decir que solo es en el norte donde está la prosperidad, pues hay países pobres en el norte y los hay prósperos en el sur. Y así podríamos reflexionar en el caso de su tamaño, de su antigüedad, de su dotación de recursos, de su clima, etc. Hay países o sociedades prósperas grandes y pequeñas; antiguas y recientes; de gente blanca, negra o amarilla; creyentes o no creyentes; de clima con estaciones o sin estaciones, en fin, nada de esos factores condiciona la posibilidad de ser desarrollado o subdesarrollado. Nadie está condenado a ser pobre o a ser rico.

Incluso hay países gemelos y uno es muy pobre y el otro muy rico, como Corea del Norte o Corea del Sur. O regiones pobres en países ricos, o regiones ricas en países pobres.¿Entonces? Gunnar Myrdal (premio Nobel de Economía - su esposa Raíza fue Nobel de la Paz) acuñó una frase: "la retrocausación circular acumulativa" para referirse a que los procesos de avance o retroceso de una sociedad retroalimentan. Algo así, en el lenguaje coloquial, que los males no vienen solos, ni los golpes de la fortuna tampoco. En la famosa novela de Irving Stone "La Agonía y el Éxtasis" se cuenta que Florencia - la capital del Renacimiento en el “Cinquecento”sufría un proceso de pérdida de la autoestima y el gobierno de la ciudad convocó a lo mejor que tenían - sus artistas - a ver quien presentaba el mejor proyecto para realizar una escultura de un gran bloque de mármol de sus cercanas canteras de Carrara. Lo ganó el joven Miguel Ángel Buonarroti quien esculpió "El David", viéndolo la gente en la plaza se convencieron del talento que tenían y a Florencia  volvió el optimismo y la autoestima y llegó a ser una de las  ciudades más importantes del mundo. Y así están los ejemplos de Singapur donde el disparador fue una decisión de su liderazgo, o Japón con la II Guerra Mundial, o Suráfrica con Mandela, o Costa Rica, Uruguay, Botswana.

Singapur es la tercera ciudad más competitiva del mundo después de Nueva York y Londres y hace apenas 50 años ni figuraba en el mapa. Medellín en Colombia era una ciudad fracasada muy violenta y hoy es la más competitiva de América Latina; allí todo comenzó en 2004 cuando su alcalde Sergio Fajardo se involucró en su innovación en conjunto con universidades, industrias de la región y el gobierno local. Podemos citar ejemplos como Loja y Cuenca en Ecuador, Córdova en Argentina, Guadalajara y Puebla en México. 

Son cientos de casos de países, regiones y ciudades que han cambiado su historia. También los que se han equivocado y a pesar de sus riquezas descienden al abismo.Volvemos a la pregunta sustantiva ¿Qué han hecho esos países, regiones o ciudades para mejorar tanto en tan poco tiempo? Son diversos y complejos los factores, sin embargo existe uno que es el desencadenante de todos los procesos: la decisión de cambiar. Una fuerza espiritual superior que une a la gente en torno a un sueño y los impulsa a construirlo, a pesar de todas las dificultades. Se trata de una voluntad enorme que mueve las más intensas energías creadoras para disciplinadamente trabajar hacia la construcción del sueño posible. Cada experiencia será distinta, cada proceso diferente, cada caso es único, pero en el fondo de cada uno está la recia voluntad de mejorar.


Es necesario encontrar una nueva y poderosa emocionalidad que nos impulse a ser mejores, en todo. Un estímulo poderoso que sea capaz de reunir toda ese energía potencial que tenemos para encontrar un rumbo y alinearnos hacia un mejor destino, que no sea glorioso sino exitoso, que no recoja la gigantesca epopeya de los generales de la Independencia, sino cotidianidad sabia, humilde , heroica y generosa de un José Gregorio Hernández.
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El futuro está cerca

Es importante leer la realidad que se vive en las calles de Venezuela y en los escenarios internacionales: el “proceso” está muerto. Lo mató su carácter hegemónico en un mundo diverso y multipolar; su temperamento violento en tiempos que reclaman paz; la profunda y extensa corrupción en medio de la transparencia que dan la globalización tecnológica y otros instrumentos; su estatismo concentrador en una sociedad que se descentraliza; su anacrónico modelo interventor en la economía en tiempos de productividad y competitividad.

En las calles se vivió la semana pasada una jornada de civismo que no dudo en calificarla de heróica, pues frente a las violaciones y provocaciones de un CNE que debería facilitar el ejercicio de un derecho constitucional, la gente fue a validar su firma en sana paz, con alegría y esperanza. Al abuso del poder, las amenazas y el uso delincuencial de las instituciones públicas, el pueblo respondió con hidalguía.

Por otra parte presenciamos un alarde de organización muy eficaz. La gente se movilizó, viajó, hizo su cola, regresó y se ayudaron unos a otros en el abastecimiento de algunas bebidas y alimentos. Todo desde la base y con gran entusiasmo. Eso dice mucho de la capacidad popular en las tareas que vienen en la construcción del país que queremos y nos merecemos.
En las jornadas de la semana pasada se vio a un país que quiere un país en paz, honesto y productivo. Y que está dispuesto a luchar por ello con las normas que establece la Constitución.

Por otra parte desde la OEA y con base al informe de su Secretario General Luis Almagro, el mundo entero conoció los resultados de 17 años de abuso, corrupción y violencia. Muchos se estremecieron al enterarse por un informe autorizado el drama que vivimos los venezolanos.

Los problemas de Venezuela lo resolveremos los venezolanos, como quedó demostrado en las jornadas de recolección de firmas y en su validación. Y quedará ratificado en las próximas jornadas de activación del referéndum revocatorio. Todas las acciones en el exterior ayudan, pero nos corresponde a nosotros conducirnos cívicamente hacia una salida en libertad, democrática y electoral.

Por ello el proceso de destrucción nacional se acerca a su fin. Y se levantan las esperanzas de que el futuro está cerca.

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