Los venezolanos en general tenemos múltiples razones para solicitar el revocatorio del mandato del actual gobierno, pero los trujillanos en particular tenemos muchas que son específicas del caso nuestro. Veamos algunas de carácter negativo, y otras que muestran unas razones en positivo.
La más importante de las razones que tenemos los trujillanos para revocar a este gobierno es el engaño y la mentira. Ante las múltiples y hermosas promesas realizadas la mayoría del pueblo trujillano le abrió su corazón al chavismo, confió en sus líderes y les dio mayoritariamente sus votos. ¿Qué hizo el gobierno con ese capital político obtenido en Trujillo? ¿Cuál es el balance luego de 17 años de confianza? Un gobierno con todo el poder y todos los recursos traicionó la confianza de los trujillanos. Un gobierno querido por la mayoría de los trujillanos arruinó a Trujillo.
Este gobierno en el lugar de la paz sembró violencia, en medio de una gente tradicionalmente honesta la llenó de corrupción; y trajo hambre y escasez a una tierra que era gran productora de alimentos. Nunca esta tierra consagrada a la Virgen de la Paz se había cubierto con tanta sangre y tantas familias se habían vestido de luto. En estos años hemos visto el fracaso de sus empresas emblemáticas como Cemento Andino, la fábrica de vidrio, el puerto de La Ceiba y la proliferación de estafas como las fábricas de etanol, petrocasas y otras ruinas antes de su inauguración. Una agricultura que era próspera lucha por sobrevivir en medio del esfuerzo por encontrar semillas o fertilizantes, repuestos para el transporte o la matraca de las alcabalas.
El crimen contra la identidad y el patrimonio histórico no se puede soslayar. El asalto al Centro de Historia, el saqueo de sus obras de arte y la destrucción de sus libros es imperdonable. Allí se cometieron delitos contra el patrimonio de la humanidad. Igualmente sucedió con el Ateneo de Trujillo, con el Ateneo de Valera y otras casas culturales. Y continúa con el abandono de la biblioteca Mario Briceño Iragorry y otros elementos emblemáticos de la identidad trujillana.
Podemos agregar muchas otras razones, como el abandono de la educación, la crisis de la salud, el desastre de los acueductos y la megamentira del Acueducto Metropolitano de Valera. En cada lugar de nuestro Estado hay el inventario de razones particulares para solicitar - como lo establece la Constitución- la consulta popular para revocar el mandato del gobierno.
Pero existen otras razones más poderosas que las anteriores: el revocatorio abre los anchos caminos de la esperanza para construir el Trujillo que queremos, el mejor Trujillo. Ahora que está muriendo el modelo rentista, petrolero, centralista y estatista -que este gobierno llevó al paroxismo– toca a Trujillo una oportunidad histórica que no podemos perder. Se trata de contribuir eficazmente, desde los valores y fortalezas que los trujillanos tenemos, a construir la mejor Venezuela.
Los trujillanos tenemos que prepararnos con mucha energía, con fe y esperanza para asumir la tarea que nuestro país nos exige. Trujillo puede ser ejemplo de paz, de honestidad y de trabajo productivo para una Venezuela que clama esos valores. Pero eso pasa porque este gobierno violento, corrupto y dañino salga y dé paso a uno que sea constructor de paz, honesto y que estimule el trabajo productivo. El Trujillo Posible es posible, sí, pero para ello hay que salir de este gobierno.