El Día de Júpiter
A
SIETE AÑOS DEL ASALTO AL CENTRO DE HISTORIA
Francisco González Cruz
EL
Centro de Historia del Estado Trujillo fue fruto del amor a la patria chica, y
a la grande. A la entrega generosa de hombres y mujeres por reforzar lo mejor
de la identidad trujillana, para que
estuviera allí como soporte de los grandes días que le esperan a Trujillo, si
hay un liderazgo claro y audaz que impulsen esos procesos creativos y
transformadores. La destrucción de gran parte de su patrimonio, el robo
descarado de sus piezas más valiosas y
su intervención malvada fue producto del fanatismo y el odio, sumado a
la impunidad y la indiferencia de la mayoría.
El
16 de diciembre de 2010 se produjo la
ocupación de la sede del Centro de Historia del Estado Trujillo a través del
decreto número 707 del gobernador Hugo Cabezas. Sus espacios y su patrimonio
quedaron bajo la responsabilidad de los
tomistas enviados desde el gobierno regional,
entre ellos los ciudadanos Benito Flores, Javier Medina Morales, Javier
Rivas y Huma Rosario Tavera. A partir de allí se desencadenó un proceso de
destrucción de libros, documentos históricos, obras de arte, antigüedades, joyas patrimoniales, fósiles, piezas
arqueológicas de origen cuica, falsificación de pinturas y robos como no lo
conocía hasta entonces nuestra comunidad trujillana.
También
cayó luego el Ateneo de Trujillo y por otras vías el Ateneo de Valera y otros
centros culturales, en un afán inaudito por destruir una de las mejores fortalezas
que podía exhibir el estado Trujillo, llamado hasta esos días “El Estado Ateneo
de Venezuela”.
Hay
que luchar contra el olvido, que mata la identidad. Recordemos pues que desapareció
el patrimonio bibliográfico del Centro de Historia que contaba con más de
20.000 volúmenes, incluyendo libros antiguos de incalculable valor, al igual
que el patrimonio hemerográfico con periódicos regionales de los siglos XIX y
XX. La prestigiosa colección de pintura también desapareció en gran parte,
entre ellas los cuadros referentes al
proceso fundacional de Trujillo, entre otras realizadas por el artista
ucraniano ya fallecido Iván Ch. Belsky, igualmente un cuadro de gran tamaño,
retrato del Presidente de Estados Unidos Ulises Grant, realizado por el pintor
alemán Henry Ulke. No está tampoco el valioso retrato de Pimentel Roth
realizado Antonio Herrera Toro, uno de los cuatro grandes pintores clásicos
venezolanos del siglo XIX.
También
se llevaron la plataforma tecnológica representada en una computadora, impresora
HP (multifuncional de doble carta para impresión de periódicos), fax, teléfono,
02 cámaras fotográficas semi-profesionales, 1 videobeam, 1 DVD, equipo de
sonido, home teather, pantalla de proyección, estuche de pinturas al óleo y el equipo
de aire acondicionado del salón principal.
La
Comisión Mediadora designada por el Gobernador del Estado Trujillo Henry Rangel
Silva pudo constatar esa desaparición
patrimonial y estimaron en más de 4.000 las piezas saqueadas, cuya lista
se anexó al informe respectivo y se remitió a su despacho el 30 de agosto de 2013. Aún está pendiente el
cumplimiento de las recomendaciones allí presentadas.
Hace
7 años, el 16 de diciembre de 2010, se lesionó irreversiblemente la memoria
histórica de la ciudad y de su patrimonio cultural.