CORRER SAN JUAN Y EL CURRUCHETE
El día de San Juan Bautista, el 24 de
junio, es una fecha de enorme tradición popular
en Venezuela y una de las más importantes en cuanto al folklore
respecta. Los Andes no se escapan a esta realidad y en muchas partes existen
celebraciones muy particulares. Una de ellas es la que se realiza en los campos
trujillanos y no tiene nada que ver con
bailes, ni con música, ni con
pintorescas expresiones
màgico-religiosas.
La tradición de las zonas
frías trujillanas tiene que ver con paseos y comidas del día. Desde muchos días
antes las familias, y en especial los muchachos y muchachas, se preparan para la larga caminata que se realizará el
día de San Juan Bautista hacia algún
lugar escogido por su belleza y por la amabilidad de sus habitantes, ambas cosas muy abundantes.
Los que no pueden ir a alguna parte lejana, entonces se prepara para visitar a
algún vecino o familiar. El asunto es no quedarse en casa.
Desde tempranito se arreglan
las bestias para la cabalgata, o se calzan los zapatos más cómodos, y se
inician los paseos a los páramos, o a los campos cercanos, o a los riachuelos
que multiplican los pozos para el baño reconfortante. Los caminos se llenan de alegría y de color con las alegres
partidas de paseantes y luego se
instalan en el hermoso lugar escogido o en la amable casa que abre sus puertas
y se conversa, se baila, se arregla un buen sancocho o se hace una suculenta
parrilla y al final, se degusta el dulce “curruchete”.
Saborear este sencillo y
sabroso postre es lo propio y particular de ese día. Y por lo general nunca
mas, a lo largo del año, se elabora. A pesar de lo humilde y elemental que es
su receta, a cada cual le queda distinto y parte de la tradición consiste en saber a quien le quedó mejor este año.
Una panela (o papelón) se
pone en agua a hervir y luego se le pone queso blanco. Prácticamente es todo y
allí esta el asunto. El tipo de panela, la cantidad de agua, la calidad del
queso, las cantidades de cada ingrediente,
el tiempo de cosiòn. Que si se cocinó en olleta de barro o de peltre. Que la
candela era de leña de say, o de jumangue o lo hicieron en cocina de gas. Y también algún ingrediente particular. Que
la Niña María le pone un tantico de leche. Que
las Crespo le ponen pan salado rallado. Que fulana le agrega unos
pedacitos de cambur maduro. Que mengano
le agrega un chorrito de brandy.
Lo cierto es que una receta
muy sencilla es el centro de una larga,
hermosa y sabrosa tradición.