Blog sobre desarrollo sostenible, desarrollo local, lugarización y sobre el estado Trujillo, Venezuela.
RED INTERNACIONAL DE ECONOMÍA HUMANA. VENEZUELA
RED INTERNACIONAL DE ECONOMÍA HUMANA.
VENEZUELA
Nuestro objetivo
Promover la economía humana como una
alternativa que respeta la dignidad de la persona humana y busca el bien común,
en el marco del desarrollo integral.
La economía humana se nutre de las
interdependencias múltiples que unen el mundo y de la riqueza de las
diversidades que lo atraviesan. Debe permitir a cada mujer y a cada hombre
abrirse como seres que aspiran a la superación de sí mismos y se comprometen en
la realización del bien común.
Conocemos muchos ejemplos de estas
proyecciones que presentamos en referencia a nuestra visión de la economía
humana en “Caminos de economía humana”
Les invitamos a unirse a nosotros
para progresar juntos en estos caminos.
¿Quiénes somos?
Somos personas y organizaciones que
compartimos la visión del mundo y el hombre que nos propone el desarrollo
humano integral, que decidimos transformarnos nosotros mismos y actuar en
nuestro entorno para que ocurran los cambios que promueve.
Vivimos y actuamos en África, en el
contorno mediterráneo, en el Sur y Sureste de Asia, en América Latina, en el
Caribe y en Europa.
Somos miembros de asociaciones,
sindicatos, movimientos de educación popular, profesores, investigadores,
empleados y directivos de empresas, de la administración pública y de
instituciones; todos nosotros militamos para que las organizaciones en las
cuales trabajamos contribuyan al bien común.
¿Qué hacemos?
Nos organizamos en una red de
intercambios, reflexiones y propuestas que funciona a nivel mundial, regional,
nacional y local:
ü Actuamos en
nuestros territorios respectivos para una economía más humana.
ü Intercambiamos
mensajes entre nosotros para conocernos y sostenernos.
ü Analizamos nuestras
experiencias para sacar conclusiones, como lo hicimos en el libro “Caminos de
Economía Humana”.
ü Intervenimos en el debate público para
favorecer los cambios estructurales que permitan a nuestras sociedades y a
nuestra humanidad avanzar hacia la economía humana.
ü Nuestros intercambios
y debates se basan en las acciones realizadas por nuestros miembros al mismo
tiempo que enriquecen la acción de cada uno. Acción y reflexión están
íntimamente vinculadas.
Cómo ser miembro de la Red
Internacional para una Economía Humana (RIEH)
La Red Internacional para la Economía
Humana (RIEH) está abierta a las organizaciones y personas físicas que trabajan
para una economía humana como se define en el Manifiesto y se ilustra en el
libro “Caminos de economía humana”.
Participar en la Red Internacional
para una Economía Humana permite a sus miembros:
ü Informar a otros
miembros de sus acciones y las acciones de otros miembros.
ü Intercambiar con ellos, compartir experiencias
y aprender de los demás.
ü Analizar conjuntamente su acción con respecto
a la visión, los principios de acción y los objetivos de la economía humana.
ü Contribuir con otros miembros para hacer
evolucionar las políticas de los responsables políticos, económicos y
culturales
Los medios implementados por la Red
son:
• Un sitio web interactivo:
www.rieh.org
• La revista “Développement et
Civilisations”(Desarrollo y Civilizaciones).
• Monografías.
• Reuniones a nivel local, nacional,
continental o internacional.
• Producciones comunes resultantes
del plan de acción de la red, que también se define e implementa en los
diferentes niveles.
Ser miembro de la RIEH Venezuela lleva
a implicarse activamente en las acciones de comunicación, de intercambio, de
análisis y de producción.
El funcionamiento de la RIEH
Venezuela está asegurado por la colaboración de sus miembros, los que
contribuyen voluntariamente con dinero o en especies en la medida de sus
posibilidades.
La membresía se solicita al
Coordinador de la Región que le corresponde y al Secretario Ejecutivo de la Red
(ver las direcciones al pie del Manifiesto) indicando:
• Las acciones de la persona u
organización para promover la economía humana.
• Las razones de su adhesión.
• Los temas en los que desean
trabajar. Uno de ellos es el Plan
Local de Valores desarrollado por la
Consultoría de Economía Humana,
es una hoja de ruta hacia el
municipio que nos gustaría construir, cuya base es la participación y
colaboración entre políticos y sociedad civil.
¿Cómo comunicarse con nosotros? *
Secretario
ejecutivo RIEH: Michel
TISSIER michel.tissier@rieh.org
Presidente de la Red: Dominique LESAFFRE dom.lesaffre@gmail.com
Coordinador África: Gilbert
MASUMBUKO gmasumbuko.af@rieh.org
Coordinador América Latina: Andrés
LALANNE
alalanne@claeh.edu.uy
Coordinador Asia: Lourthusamy
AROKIASAMY samy.as@rieh.org
Coordinadora Europa: Marie GRIPPAUDO marie.grippaudo@gmail.com
Coordinador Venezuela: Francisco GONZÁLEZ Cruz
gonzalezf@uvm.edu.ve
Membresía RIEH Venezuela.
El Coordinador invita a un grupo de personas e instituciones a conformar
la red inicial o recibe las solicitudes de adhesión.
La RIEH Venezuela se instala formalmente creando la Red vía correos electrónicos
o las redes sociales que se seleccionen y formalizando su incorporación a la
Red Internacional de Economía Humana.
Se realizan los eventos que deben planificarse: el primero para dar a
conocer la Economía Humana, la Red y sus perspectivas en Venezuela, dar a
conocer el plan de trabajo y el plan de expansión.
Las formas de
comunicación serán fundamentalmente los correos electrónicos, las
redes sociales de RIEH, los medios de comunicación social. Para el equipo inicial será la creación de un
grupo WhatsApp.
https://www.rieh.org/815_p_51100/quienes-somos.html
FGC/
LUGARIZACIÓN, UN NUEVO CAMINO
LUGARIZACIÓN,
UN NUEVO CAMINO
Francisco
González Cruz
La pandemia que ha obligado
a casi todo el mundo a vivir en su casa pone de manifiesto la importancia de
determinadas realidades locales y determinadas realidades globales. Se valora
la calidad del lugar donde se vive al igual que sus posibilidades de conexiones
globales. Lo mejor de lo local y de lo global. También pone de relieve las
deficiencias de uno y otro espacio y, en consecuencia, abre caminos para
aprovechar con sabiduría las ventajas de ambos ambientes.
Como es natural en un mundo
diverso, las alternativas y propuestas van de extremo a extremo, desde
reducirse a un espacio íntimo y natural hasta hacerse global totalmente, sin
linderos. También abundan las predicciones de que nada cambiará. Las noticias
traen las tendencias crecientes de rehabitar las aldeas o centros poblados
menores buscando lo que los fraccionamientos de las grandes ciudades no tienen,
o traer el campo a la ciudad sembrando en terrazas, balcones y azoteas, o en
parques y glorietas.
La propuesta del proceso de
“glocalización” toma cuerpo, pero este concepto es erróneo porque se limita a
vincular un lugar con lo global sin proponer el despliegue de las
potencialidades locales. Algo global localizado en un lugar puede ser meramente
su emplazamiento en ese sitio, sin mayores conexiones locales, lo que
comúnmente en economía se llama un “enclave”. Les interesa el mercado, algún
recurso allí presente, la mano de obra barata o determinados incentivos
establecidos, pero no necesariamente surgen de la localidad o se insertan en
sus procesos.
Lo mejor de lo local es el
clima de confianza y seguridad que ofrece el lugar, su espíritu de comunidad,
el grado de capital social, la cercanía de bienes y servicios, los lugares públicos
de calidad para el encuentro entre las personas y con la naturaleza. Esas
urbanizaciones estándar con casas y edificios iguales, sin espacios públicos de
calidad, que dependen de los viajes al centro o a la ciudad cercana no son
lugares propiamente dichos, son no lugares es decir espacios sin identidad,
donde prácticamente no existen intercambios sociales. Lo mejor de la globalización es la
posibilidad de mantenerse informado y poder informar, realizar intercambios de
bienes y servicios, sus posibilidades de aprendizaje y recreación. La
globalización de la codicia es su peor cara y se traduce en todos los
mecanismos que sustraen de los lugares sus ahorros y recursos, les matan su
identidad y les ahogan las posibilidades de desplegar sus energías creativas.
Precisando el concepto, un
lugar propiamente dicho es una síntesis superior de los procesos geo históricos
que se dan en un territorio, resultado de la interacción de los seres humanos
entre sí y entre ellos y la naturaleza en un determinado transcurso de tiempo,
que le determinan un carácter particular y específico, es decir, una identidad.
Puede ser un barrio de una gran ciudad o una aldea, un condominio o una
urbanización. Lo importante es que exista una conexión humana, una comunidad de
personas y espacios donde esas conexiones se den de manera personal, cara a
cara. Un lugar tiene vida. Los espacios que no tienen vida son no lugares.
Existen urbanizaciones y
complejos residenciales que tienden a ser lugares porque se diseñaron para ser
espacios donde se convive y se comparte, espacios a escala humana, donde todo
está cercano al alcance de unos cuantos pasos. Pero donde todo depende de un
transporte, sea un coche particular, un autobús, metro o cualquier medio de
transporte masivo tendría una escala que escapa al concepto de lugar. Un lugar es
una comunidad definida en términos territoriales y de relaciones humanas, con
la cual la persona siente vínculos de pertenencia. La primera característica del lugar es que
puede circunscribir todos los ámbitos vitales del ser humano. La
cuarentena impuesta por los gobiernos el coronavirus muestra el lugar como el
ámbito donde la compra se ha podido realizar a pié.
En tiempos de globalización
y de la sociedad del conocimiento, el lugar tiene exigencias que van mucho más
allá de los asuntos tradicionales propios de la vida local. La calidad de sus
servicios tendrá que ser de “calidad mundial” pues sus habitantes estarán
informados y tendrán expectativas, y entre esos asuntos están sus conexiones
con la sociedad de la información. De allí que el gobierno local y la comunidad
cívica tendrán nuevos desafíos. Y aquí se trata del gobierno y la comunidad
cívica de la ciudad, del barrio, del condominio o de la aldea. Incluso de las
conexiones globales entre estas comunidades locales, para aprender entre ellas
sobre las dinámicas de las nuevas realidades.
A estas alturas se puede
decir que la lugarización es un proceso que vive un lugar para mantener su
identidad e incorporarse eficazmente en lo global. Es decir, un proceso autorecreación
permanentemente manteniendo sus coherencias básicas y adaptándose sin rupturas sustantivas
a la sociedad del conocimiento. La lugarización compromete, entonces, la propia
naturaleza del lugar como un cambio permanente, donde la identidad que
particulariza esa determinada realidad entra en armonía con los cambios que la
adaptan a la vanguardia, sin sacrificarla, antes por el contrario,
reforzándola. La lugarización es un proceso paralelo a la globalización, que
determina que un lugar traduce las fuerzas de lo global a su particular manera
de ser. Es una nueva síntesis creativa, innovadora, que mantiene lo esencial de
un lugar y a la vez le permite entrar con éxito al mundo global. Parece ser que
la pandemia ha logrado que se entienda qué es lo mejor de lo local y lo mejor
de global. La lugarización es un camino.
FGC/mayo/2020
LA PANDEMIA: LO GLOBAL Y LO LOCAL
LA PANDEMIA: LO GLOBAL Y LO LOCAL
Francisco
González Cruz
La pandemia es global, pero
se padece localmente. Nació localmente, pero contagia globalmente. Un lugar
específico del planeta acunó las circunstancias que le dieron nacimiento a un
virus, que primero afectó a algunas personas de esa ciudad y luego se fue
extendiendo rápidamente por los alrededores hasta alcanzar en poco tiempo a
todo el planeta. El pánico se extendió localmente y globalmente, y las
reacciones también han sido globales y locales. La Organización Mundial de la
Salud, organismo creado para actuar en casos como estos, recomienda medidas
globales, pero cada nación, provincia, municipio, barrio, condominio y hasta
cada hogar y ser humano reaccionó de distinta manera. Hoy tenemos resultados
globales y locales, y toda una enorme multiplicidad de experiencias que ofrecen
desde excelentes resultados tempranos hasta desastres bien advertidos. “Bendito
sea el señor que puso la variedad entre sus criaturas” dice una oración hebrea.
En medio de la cuarentena muchos
intelectuales piensan, escriben y los medios de comunicación dan a conocer las
de los más famosos o conocidos. Y son muy variadas las opiniones, como debe ser
en un largo listado que abarca filósofos, literatos, artistas, políticos, escritores,
líderes religiosos y muchos otros expertos, pero analizando un buen número de
ellos se notan algunas líneas de coincidencia. Por ejemplo, la sorpresa de la
pandemia, aunque voces autorizadas de organizaciones y personas lo venían
advirtiendo, ¡todos les provocó desconcierto!. Otra es la falta de previsión en
la mayoría de las naciones y organizaciones, que nunca tomaron en serio una
cosa como esta. Otra coincidencia, esta vez no muy sólida, es que el mundo no
será igual luego de esta crisis y guardan la esperanza de verdaderos cambios en
el modelo de desarrollo. Hay confianza en que la ciencia y la tecnología
llegará a dar con el remedio a este virus, pero no dudan que la ciencia sin
ética repetirá, agravada, esta experiencia.
En referencia a qué debe ser
global y que local como consecuencia de la pandemia y la cuarentena, existen
diversidad de opiniones, desde la creación de una Constitución Planetaria hasta
eliminar las naciones y potenciar las provincias y municipios; desde consolidar
los sistemas globales de ciencia y los métodos de previsión, hasta localizar
los esfuerzos científicos pero articulados mundialmente. Hay quien piensa que
casi todo está dicho en los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Agenda
2030, junto con los compromisos sobre el clima.
Cada día aparecen
alternativas que lucen muy sensatas o de sentido común. Una que luce muy
atractiva para los que creemos en el desarrollo local es que cada lugar de la
tierra, cada localidad, asegure a sus habitantes un nivel de bienestar básico,
creado por la misma gente (con apoyo global si lo requieren). Esto se traduce
en salud, educación, energía renovable (el sol alumbra para todos), servicios,
espacios públicos de calidad, un alto nivel de capital social (confianza,
relaciones sociales, instituciones saludables) y gobierno local democrático.
También abastecimiento seguro de sus alimentos y otros bienes esenciales con
base preferiblemente a la propia producción local. Agregaría elementos
fundamentales para la convivencia, como la identidad. También cobran
importancia los sistemas locales de ahorro y crédito, abandonando los sistemas
financieros especulativos tan vinculados a la globalización de la codicia. Los
sistemas de información globales como Internet tendrán que ser aprovechados mejor
por las propias comunidades locales, generando información propia y
articulándose con redes globales de comunidades y compartiendo experiencias y
fracasos.
Los gobiernos municipales y
provinciales tienen el desafío de atender no solo los asuntos “propios de la
vida local”, sino hacerlo con mucha calidad, insertos en la cultura local y
pendientes de las competencias y servicios emergentes. Y ser gobiernos
abiertos, participativos, promotores del desarrollo local integral. Así mismo
garantizar las posibilidades de las conexiones globales del lugar. Se trata de
promover un lugar exitoso, pero articulado a las conexiones globales, a los más
útil de la globalización, evitando sus perversiones. Está naciendo un nuevo poder local con esto de
la “glocalización”, (me gusta más “lugarización”) impulsada ahora por la
globalización de la pandemia. Esto exige un nuevo liderazgo cívico y público.
Este enfoque de la
lugarización, que lleva a ciudades y comunidades a ser más humanas y significa que
las grandes metrópolis se reinventen, como de hecho ya varias lo están haciendo,
bajo el enfoque de ciudades sostenibles. También al reforzamiento de las
ciudades intermedias y menores. Y dentro de las ciudades a espacios públicos de
calidad, donde la gente pueda reunirse a conversar, que es a desplegar su realidad
de ser personas humanas.
Los asuntos globales
seguirán siendo los sistemas multilaterales de políticas públicas, los sistemas
de salud preventiva y la orientación educación básica, la lucha contra la
inequidad y la pobreza, la promoción del desarrollo humano, los sistemas de
regulación monetaria y financiera, los derechos humanos, la seguridad
planetaria y, muy importante, el cuidado de la tierra como un sistema integrado
donde todo está interrelacionado. La “Ecología Integral” de nuestra Casa Común
del Papa Francisco en la encíclica “Alabado seas”.
Existen algunos temas
delicados que la pandemia pone en evidencia que no son tan útiles como algunos
creían. Una, la más importante, es la estupidez de la carrera armamentista, el
enorme gasto que implica y cuyos recursos deberían orientarse al cuidado de la
tierra y al desarrollo humano integral. La teoría del desarrollo desde hace
tiempo ha venido insistiendo en lo inapropiado del crecimiento económico como
paradigma, sin embargo aún se mide por el Producto Interno Bruto (PIB). Eso
debe morir ya definitivamente. Otros es el crecimiento mundial del comercio y
la especialización productiva con base a las teorías de las ventajas
competitivas y las economías de escala. Cada lugar y cada país debería
autoabastecerse en la medida de lo posible, y acabarse esa otra estupidez de
mercancías que viajan para allá y para acá, pudiéndose producir allá y acá si
no fuera el lucro lo único que las mueve. Y las economías de escala no pueden
ser el criterio para la asignación de recursos. La teoría económica hizo ley
del dicho popular “más barato por docena”, cuando se sabe que eso no se cumple
sobre todo si todas las docenas vienen de pocos proveedores y pocos
compradores, y estos no son ni transparentes
y fiables como se ha demostrado en la vergonzosa competencia por mascarillas y
respiradores.
La incertidumbre es una de
los temas en donde existen mayores coincidencias entre los intelectuales, pero la
mayoría prevé una reorganización de los asuntos globales, nacionales y locales,
con una fuerte tendencia a reducir la globalización del comercio y los
intercambios, los viajes, el poder de los consorcios financieros y los
monopolios, la lucha contra la inequidad, el narcotráfico y la corrupción. La
economía especulativa se verá reducida y con ello crecerá la pequeña y mediana
empresa y los negocios locales. Sin lugar a dudas la globalización tecnológica
y de la información crecerá exponencialmente, pero las localidades tendrán más
fácil acceso a su aprovechamiento.
El lugar de lo local en lo
global crecerá exponencialmente, y las localidades deben prepararse para eso.
[1] La
palabra “globalización” evoca que algo global se localiza, y puede ser desde un
enclave, una franquicia hasta una agencia multinacional. La lugarización es la
inserción de lo local en lo global, sin complejos, aprovechando sus virtudes,
traduciendo las ventajas de la globalización a lo local, y ofreciendo lo local
al resto del mundo.
LA HORA DEL LUGAR
LA
HORA DEL LUGAR
Francisco
González Cruz
Obligados por las
circunstancias, la mayoría de la población del mundo se ve restringida a estar
en un solo lugar, normalmente su sitio tradicional de residencia. Algunos
escogieron sitios que consideraron más apropiados, otros la realidad los
sorprendió fuera de su lugar habitual, otros están confinados en hospicios,
prisiones y otros tipos de alojamientos, pero la mayoría está en su domicilio
acostumbrado, sea una casa o apartamento, en la ciudad o en el campo, en zona
rica o pobre, pero todos estamos reducidos en un espacio limitado, a un
territorio pequeño que se hace cada vez más íntimo.
Ahora descubrimos los
detalles de ese territorio más personal, sus bondades y sus carencias, sus
atractivos y sus incomodidades. También la calidad de sus muebles y accesorios,
sus colores y el valor paisajístico de su vista hacia las afueras, hacia el
paisaje. La pandemia nos obliga a tomar conciencia del valor de nuestro lugar tradicional.
Y de la calidad de las relaciones con las personas con las cuales compartimos,
las mascotas que nos acompañan, las plantas que adornan, los libros que
tenemos, los equipos de entretenimiento, en fin, de todo lo que nos rodea.
Así mismo comenzamos a
extrañar la calle y el parque, la tertulia
en el café de la esquina, las tiendas, el templo, el mercado y en
general los puntos de encuentro de la vida comunitaria cotidiana. También
añoramos el sitio de trabajo y el camino que nos lleva hasta allí, y el medio
de transporte, y a los compañeros de trabajo. Extrañamos todo los que son
asuntos cotidianos al salir de casa en la vida normal.
El lugar en geografía es el
espacio territorial íntimo y cercano donde se desenvuelven la mayor parte de
las actividades del ser humano.
Generalmente es el sitio donde las fases del nacer y crecer se plasma
con mayor libertad dentro del lienzo llamado vida, es donde la educación y la
configuración de la morfología personal se cristalizan con mejor nitidez. En el lugar se encuentran los familiares, las
amistades cultivadas con un especial vínculo afectivo. En fin, es una comunidad definida en términos
territoriales y de relaciones humanas, con la cual la persona siente vínculos
de pertenencia. La primera
característica: el lugar circunscribe
todos los ámbitos vitales del ser humano. El lugar es el territorio, en términos ecológicos, de
una persona. Es la zona donde se establece su comunidad y donde está su
historia, sus referencias topográficas, sus definiciones culturales, sus
afectos, donde se gana la vida y donde pasa la mayoría de su tiempo.
En estos tiempos de pandemia y cuarentena, el lugar se
ha convertido en nuestro mundo inmediato y su calidad, digamos su personalidad, su identidad, pasa a ser fundamental para nuestra propia calidad de
vida. Mucha gente es baquiana en sus lugares, otros apenas los están
descubriendo. Y valoramos todo eso que hace más humano el territorio íntimo, y
nos chocan esos sitios sin personalidad, no-lugares
los llama Marc Augé, que no invitan a vivir y a convivir. Uno de los
desafíos que la cuarentena pone en evidencia es lograr lugares más humanos, más
familiares, más con-vivibles, de mayor capital social, sin que por ello no
estén conectados al mundo global. En eso consiste el proceso de “lugarización”.
EL DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ Y LA “GRIPE ESPAÑOLA”
EL DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ Y LA “GRIPE ESPAÑOLA”
Francisco González Cruz
En octubre de 1918 llega a
Venezuela la pandemia de gripe española que causó la muerte de más de cuarenta millones
de personas y en Venezuela se estima que unas ochenta mil, de las cuales más de
1.500 en Caracas. El Dr. José Gregorio Hernández, estaba llegando de actualizar
sus estudios de Embriología e Histología en Nueva York y en Madrid, se
incorpora al intenso trabajo de la emergencia. Se crearon juntas de socorro,
comisiones para cada parroquia y 6 hospitales de aislamiento.
La Junta de Socorro Nacional
queda encargada de coordinar toda la lucha contra la epidemia. La conformaron el arzobispo Mons. Felipe
Rincón González, Vicente Lecuna, Santiago Vegas, Dr. Francisco. Antonio
Risquez, Dr. Rafael Requena y la coordina el Dr. Luis Razetti, todos amigos y
colegas del Dr. Hernández, quien se incorpora como uno de los más activos
luchadores. Sustituye su costumbre de visitar a pie a los pacientes y utiliza durante
veintidós días un automóvil con chofer para dar mayor alcance a su trabajo.
Los miembros de la Academia
Nacional de Medicina, ante la proliferación de notician falsas y remedios
inútiles, publican una declaración oficial explicando en qué consistía la
enfermedad y cuáles eran los tratamientos más convenientes.
Los doctores José Gregorio
Hernández y Luis Razetti declaran públicamente que lo que estaba matando a
tanta gente no era la gripe propiamente dicha, sino el estado de absoluta
pobreza y miseria en que viven la mayoría de los venezolanos, mal alimentados y
con escasa o ningunas condiciones de higiene, muchos con padecimientos crónicos
de paludismo y tuberculosis.
El diciembre la gripe, luego
de sus estragos, se fue como había llegado.
Bibliografía:
Existe diversa información
en Internet sobre esta pandemia que afectó a toda Venezuela en 1818. Alguna de
esa información la pueden consultar en los enlaces citados:
La historia de la gripe
española en Venezuela. https://www.venelogia.com/archivos/6562/
https://venezuelainmortal.com/cuando-la-gripe-espanola-azoto-a-venezuela/
https://prodavinci.com/la-pandemia-de-gripe-espanola-de-1918/